La memoria RAM - Parte 1
Conoce y gestiona mejor la memoria RAM de tu PC.
La memoria RAM es crucial para facilitar el buen hacer de tu PC,
ya sea un sobremesa o un portátil, de Intel o de AMD. Por ello, en este
artículo práctico trataremos de aclarar conceptos y resolver tus dudas
sobre este importante componente. Esperamos que este artículo te resulte
de utilidad.
Nivel: Intermedio
Al margen de que tengas un PC relativamente reciente o uno antiguo, si quieres ampliarlo tendrás que decidir cuánta memoria principal y qué velocidad
necesitas. En los catálogos de las tiendas de informática hay decenas
de referencias y es fácil complicarse la vida. En la práctica, hay
muchas decisiones sobre la RAM que ya están tomadas en el momento de elegir un procesador o una placa base, o en el de sopesar el presupuesto para el equipo.
En este práctico partimos de la base de una configuración mínima de 8 Gbytes de RAM DDR3
1.600 MHz en forma de dos módulos de 4 Gbytes. Su precio es de 50
euros, una cantidad asumible en un equipo nuevo y por debajo de la cual
estaríamos limitando las posibilidades del ordenador tanto en rendimiento como en opciones de ampliación, y comprometiendo la estabilidad del sistema.
La parte de bricolaje se reduce a la instalación de los módulos de memoria y la configuración de la BIOS
para ajustar los parámetros de funcionamiento. De todos modos, para
aprovechar al máximo la memoria, también hay que trabajar, como veremos,
con la parte software.
Respuestas a las preguntas más frecuentes
Antes
de entrar de lleno en materia, puede ser interesante contestar a una
serie de preguntas que puedes haberte hecho alguna vez.
¿Qué es mejor, más módulos de menor capacidad o menos módulos con una capacidad mayor?
La respuesta apunta a potenciar la instalación de menos módulos con más capacidad. En primer lugar, ten presente que una placa base
es un componente de gran precisión donde la disposición del resto es
vital para que todo funcione. Las señales eléctricas que circulan de las
celdas de memoria en los módulos hacia el controlador de memoria en el
procesador son muy sensibles a la distancia que separa las ranuras de memoria del zócalo de la CPU. Y, además, cuantos más módulos de memoria están pinchados, más interferencias y distorsiones se introducen en los circuitos.
Si usas módulos de poca capacidad,
tendrás que usar todas las ranuras para conseguir una cantidad decente.
Si hubieras decidido instalar 4 Gbytes en forma de cuatro módulos de 1
Gbyte para ampliar a 8 Gbytes, tendrías que deshacerte de todos o parte
de los módulos instalados, por ejemplo. Ahora bien, es conveniente respetar las configuraciones de los canales de memoria. Salvo que tengas claro lo que haces, adquirir un único módulo de 8 Gbytes en un sistema con memoria de doble canal supone sacrificar el ancho de banda de memoria disponible. Solo si piensas en ampliar en un corto espacio de tiempo la cantidad de RAM con otros módulos de 8 Gbytes se justifica esta decisión.
¿La velocidad de la memoria influye significativamente en el rendimiento?
La respuesta fácil consiste en decir que depende. Y en el fondo es así. Depende del tipo de procesador que tengas y de lo que quieras hacer con el equipo. Lo cierto es que solo si eres un overclocker experimentado se justifica adquirir memoria RAM de velocidades elevadas, por encima, de DDR3 1.600. Y no precisamente por su rendimiento, sino por tener margen suficiente en el subsistema de memoria para afrontar las mayores velocidades de reloj derivadas del overclocking de la CPU, que es el que realmente es responsable de obtener mejores resultados en las pruebas de velocidad.
Hay mejoras, sí, pero solo marginales comparadas con el aumento de precio de los módulos de alta velocidad, y reducidas latencias y con el aumento de la velocidad de reloj que se necesita aplicar para apreciar mejoras notables.
Ten cuidado con los voltajes nominales de los módulos de memoria, especialmente con plataformas de Intel. La CPU podría resultar dañada
Ahora bien, hay un caso concreto donde la memoria sí juega un papel
protagonista en lo que a las cifras brutas se refiere: el de la plataforma Llano de AMD con los procesadores A8 con GPU integrada, donde no hay memoria dedicada para los gráficos
y hay que usar los del sistema. Las aplicaciones gráficas (sobre todo
los juegos) sí se benefician de un mayor ancho de banda de memoria, que
se traduce en mayores tasas de frames.
Por ejemplo, según AMD,
el rendimiento gráfico del procesador A8-3850 aumenta hasta un 20% en
juegos al pasar de DDR3 1.333 a DDR3 1.600 MHz. Eso sí, si ese 20 por
ciento supone pasar de 20 a 24 fps, lo cierto es que la ganancia real tangible y neta es menos interesante que los porcentajes. Recuerda que los gráficos integrados ven limitado su rendimiento,
no por la memoria, sino por la reducción en el número de unidades de
procesamiento de píxeles, vértices y shaders comparado con el de las
tarjetas dedicadas.
Por la diferencia de precio, parece obvio que
te decantes por módulos DDR3 a 1.600 MHz en vez de a 1.066 o 1.333 MHz,
pero por encima no es imprescindible para un uso normal del equipo.
Siguiente parte de este articulo en unos dias...
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